martes, 6 de agosto de 2013
El objeto mirada en el Seminario 11
Mi intención es puntuar aquellas cosas que me resultaron
más interesantes del texto de Lacan (Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales) y de lo que hablamos en la clase del Seminario Clínico del IOM. Es un texto
que me resultó muy complejo de leer y puntuar. La puesta en común ha sido para
mí esclarecedora en varios puntos también en el sentido de las preguntas aún
irresueltas que con el tiempo iremos pensando y armando.
Estos son los puntos que quisiera resaltar:
La esquizia del ojo y de la
mirada
·
La
esquizia del sujeto tal como Lacan la define en la clase La esquizia del ojo y
la mirada. Allí Lacan menciona la fundamentación de la repetición en la
esquizia del sujeto que se produce respecto del encuentro. Esta esquizia
constituye la dimensión característica del descubrimiento. Lo real es definido
allí como lo que llega en mal momento.
·
La mirada
sólo se nos presenta bajo la forma de una extraña contingencia simbólica de
aquello que encontramos en el horizonte y como tope de nuestra experiencia, a
saber, la falta constitutiva de la angustia de castración. El ojo y la mirada,
ésa es para nosotros la esquizia en la cuál se manifiesta la pulsión a nivel
del campo escópico
·
El mundo
es omnivoyeaur pero no exhibicionista. Se trata de un mundo que mira pero que
no se deja ver. Si empieza a provocar la mirada empieza la sensación de
extrañeza. (en relación a esto pensamos las novelas 1984 de George Orwell y Un
mundo feliz de Aldous Huxley en ambas novelas el mundo se muestra como otro que
todo lo ve y controla. También la película The Truman show)
·
La mirada
puede contener en sí misma el objeto a lacaniano donde el sujeto viene a caer.
En la medida en que la mirada en tanto objeto a, puede llegar a simbolizar la
falta central expresada en el fenómeno de la castración y en que, por su índole
propia, es un objeto a reducido a una función puntiforme, evanescente, deja al
sujeto en la ignorancia de lo que está más allá de la apariencia.
·
La tyche
se presenta en la toma visional. El punto tíquico en la función escópica, se
encuentra a nivel de lo que Lacan llama la mancha. Es decir que el plano de la
mirada y de lo mirado, más que cualquier otro propicia para el sujeto la
coartada.
La anamorfosis
·
La conciencia, en su ilusión de verse verse,
encuentra su fundamento en la estructura vuelta de revés
·
Se trata
de volver a centrar al sujeto como sujeto que habla justamente en las lagunas
del texto en el cual, a primera vista, parece estar hablando
·
De todos
los objetos en los que el sujeto puede reconocer su dependencia en el registro
del deseo, la mirada se especifica como inasible
·
Respecto
al Ser y la nada de Sartre: la mirada que encuentro es, no una mirada vista,
sino una mirada imaginada por mí en el campo del Otro
·
Respecto
al cuadro Los embajadores: la función de la mirada hay que buscarla más allá,
veremos entonces dibujarse a partir de ella, no el símbolo fálico, el espectro
anamórfico, sino la mirada como tal, en su función pulsátil, esplendente y
desplegada, como en este cuadro. Este cuadro es lo que es todo cuadro: una
trampa de cazar miradas
Victoria Mora
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