Graciela Schnitzer
lunes, 23 de noviembre de 2015
Seminario Clínico 2015, un aporte de lectura
El seminario 10,
la angustia, nos aporta un giro conceptual para pensar la cuestión de la parentalidad
en nuestra época. Nos referimos con el término parentalidad al modo en que se reordena la autoridad en el marco familiar
contemporáneo en el que ya no predomina la autoridad paterna. El término está
tomado de una modificación del código civil en el siglo pasado. No se trata de
un concepto psicoanalítico sino que sólo describe un modificación en la función
familiar, especialmente paterna ya trabajada por Lacan en los años 30. La
decadencia de la imago paterna trabajada por Lacan ya puede ubicarse en “Juanito”
y de modo general podemos decir que el nacimiento del psicoanálisis está ligado
a esta modificación.
El planteo que el deseo es la ley es una
condensación del edipo, ya que deseo y ley tienen el mismo objeto entonces la
ley es la palabra que prohíbe el objeto del deseo pero al mismo tiempo lo
erige como tal. Entonces tanto en Freud como en el primer Lacan el padre es
quien enuncia la ley y por lo tanto traza las vías del deseo. Miller en “La
angustia Lacaniana” se pregunta, dónde hay hoy en día un padre que sepa
prohibir?.
En el seminario 10 la prohibición quedará
digamos no reemplazada pero
si antecedida por la operación de
separación. El objeto parcial freudiano que Lacan retoma y presenta como objeto a
minúscula será un elemento no simbolizable que se separa del cuerpo, es
un objeto distinto del objeto del deseo es, lógicamente anterior, el edipo resulta una
construcción secundaria. El
edipo aparece como una elucubración de saber sobre la separación. El
seminario 10 nos presenta un objeto anterior al del deseo y la ley por lo tanto
la constitución subjetiva está tratada allí en un tiempo anterior al de la
función paterna. por eso
el seminario que hubiera seguido se trataba de la función paterna en
cuestión, pluralizada.
Graciela Schnitzer
Graciela Schnitzer
lunes, 16 de noviembre de 2015
Notas sobre lecturas, éticas y niños
Una reseña del trabajo del año del Módulo de investigación: “Síntomas contemporáneos en la Infancia: Autismo - Psicosis - Casos
Graves”
El espacio del módulo me
permitió volver a acercarme a algunos artículos, textos que estuvieron
presentes en mi primer acercamiento al Psicoanálisis.
Fue así que las primeras
lecturas de Alicia Fernández, “La sexualidad atrapada de la señorita maestra” y
“La inteligencia atrapada” me acercaron a “Los idiomas del aprendiente” donde
pude extraer el artículo “La sociedad hiperkinética y desatenta medica lo que
produce”. Del mismo se despuntaron varios interrogantes que llevan a continuar
investigando y tomando una posición ética en relación a la clínica que se
ejerce.
Con la misma orientación se
trabajó el artículo “El psiquiatra que trabajó el TDAH confesó antes de morir
que es una enfermedad ficticia”.
En un segundo encuentro, Verónica
Carbone dialogó sobre La Angustia en las distintas estructuras clínicas basándose
en los textos de Lacan, Miller y Laurent. Dándonos los elementos para
orientarnos en la neurosis, la psicosis y la perversión, como así también en el
autismo.
Con motivo de continuar
dialogando acerca del diagnóstico de ADD - ADHD, en donde se plantearon
preguntas que conducen a la investigación, cuestionando, aprendiendo y
reflexionando acerca de dicho diagnóstico; se invitó a una estudiante de la
licenciatura en Psicomotricidad, Margarita Domínguez (ganadora de una beca para
cursar un semestre en la Universidad Católica de Uruguay), quién desarrolló cómo
se aborda desde su práctica.
A la vez, contamos con la
presencia del Dr. Alfredo Nemirovsky en el espacio de Conversaciones Clínicas,
que me permitió desplegar e hilvanar a través de la escritura las distintas
intervenciones realizadas a partir de la consulta de una madre por sus dos
hijos y las serias dificultades que se le presentan en el ejercicio de la
maternidad.
En el caso, intervinieron varios
miembros de la salud mental y del ámbito educativo. Al respecto, rescato como
valioso el aporte realizado por Alfredo: “El equipo es mi equipaje y a la vez
estoy en el equipo del otro”; dándole lugar a la importancia del trabajo entre
varios tanto en éste como en otros casos.
También, en un encuentro se
trabajó un artículo de Mirta Berkoff denominado “Niños en apuros. La detención
como preliminar a todo tratamiento posible,” en relación a la aceleración de la
época y sus efectos en el niño.
En otro momento se trabajó un
texto de Estela Solano Suarez “La insondable decisión del niño”, en donde queda
expuesto la responsabilidad del sujeto ante su subjetividad.
Finalmente, a partir de un artículo
de Marita Manzotti de una investigación sobre autismo, Nadia Marmiroli, desde
su experiencia clínica, pudo situar algunos puntos en relación a un tratamiento
posible de un niño con estas características.
Personalmente, siento que el
espacio me dio la posibilidad de compartir entre pares, desde una posición ética,
aquellos interrogantes que se me plantean en la clínica diaria, y tratar de
buscar y encontrar alguna respuesta posible que pueda dar el psicoanálisis en
relación a las actuales presentaciones.
Claudia Passalacqua
lunes, 9 de noviembre de 2015
El deseo del analista y la demanda por un niño
El viernes 30 de Octubre, tuvo lugar la Cuarta
Conversación Clínica en la Asociación de
Psicoanálisis del Pilar (APPIL), último
encuentro del Ciclo en el año 2015.
En esta ocasión se presentó el trabajo de Karina Pérez con un niño y sus padres, que fue comentado por Myriam Leguizamón, miembro de la Delegación San Fernando-Tigre del IOM2 y
de la Asociación de Psicoanálisis de San Fernando - Tigre (APSAT), donde coordina
el Módulo de Investigación de Psicoanálisis con Niños.
El trabajo, un
recorte, una construcción de la clínica con un niño y el modo en que la
analista fue interviniendo para alojar la angustia de la madre y convocar al
padre.
Myriam Leguizamón
acentuó, que la clínica con niños
no es sin los padres; y tomo como detalles a tener en cuenta en esta clínica:
la presencia de los padres, cómo ellos
hablan del niño, el hecho de que no hay demanda del propio analizante y como ello puede impactar en la relación transferencial.
Sostiene la importancia de la novela familiar, qué lugar
ocupa el niño, el niño hablado, el niño significante, el niño como objeto. Tomando
a cada uno de los integrantes sugirió pensar en tres novelas familiares en este
caso: la de la madre, la del padre y la del niño.
Nos invitó a escuchar la perspectiva de los niños quienes construyen su propia novela familiar
con los padres reales, distintos de la
función paterna
Hablo sobre los niños funcionando como síntoma de la
pareja parental, regulando el goce de la misma. Y como a veces los niños encuentran
una “solución” poniendo el cuerpo como un intento de separación, para poder
instaurar un otro materno/paterno, para
convertirse él en un otro.
Nos interrogó… Un
niño que rompe todo, ¿para qué lo hace? ¿Para quién lo hace? ¿Es un intento de
desafío a la madre, la escuela, al analista?
Señaló que un analista,
interviniendo con la sustracción de la mirada y relativizando lo actuado por el
niño puede lograr algo distinto; distinto a la sanción educativa proveyendo de un marco
simbólico para regular la pulsión, y a su vez expresar algo del orden de la ley, de que hay cosas que
no se pueden hacer; y ello puede ser ofreciendo un juego, ofreciendo algo que
pueda acotar al goce de la pulsión desamarrada, proporcionando herramientas
para que se libidinice otra cosa, algo más que su propio cuerpo, con el
propósito de que se comience armar otro orden, que empiece a hablar. “La clínica analítica no es sin el discurso”,
sea niño, adolescente o adulto. No es tarea fácil hacer hablar a un niño. El
hecho del discurso se sostiene con la
presencia, el acto y el deseo del analista.
Nos advirtió que, interpretar el juego, el dibujo o el
relato es un problema; porque se
interpreta desde uno, desde los significantes del analista; que hay que ser muy cautos en la
interpretación para no abrochar un sentido enseguida, por ello la indicación es
interrogar para obtener los significantes
del sujeto.
También señaló que en el trabajo con niños se dificulta
el diagnóstico ya que la fantasía está
muy presente pudiéndose confundir que es del orden de los fenómenos elementales
y que de la creatividad infantil.
Myriam prioriza como guía en el trabajo con niños, la sexualidad
infantil que orienta sobre el desarrollo, nos invita a escuchar las teorías que el
sujeto elabora, teniendo en cuenta que no es lo mismo un niño, una niña, un adolescente, un adulto.
Nos previno de la dificultad de indagar sobre la
sexualidad, que presenta el afrontar y vencer la transferencia negativa que muchas
veces se manifiesta colocando al analista
en una serie según el sexo del mismo:
madre, abuela, maestra, etc.
Invitó a confrontar
a los niños con los dichos de los otros: padre, madre, escuela; para que aparezca el propio relato,
su implicación.
Se interrogó
sobre si hay análisis con niños o son intervenciones que ponen un marco a la
pulsión.
Para
terminar citó del libro Lógica del
síntoma, lógica pluridisciplinaria de Markos Zafiropoulos ,…un hijo… para el psicoanálisis …” un hijo debe pertenecer a las categorías freudianas, neurosis,
psicosis y perversión … que nada debe llevar a ceder… de la universalidad de
los modos de escrituración subjetiva”
Karina
Caamaño
martes, 3 de noviembre de 2015
"Dejarse tomar". De lo más real a un semblante
Reseña
de la Clase de Silvia Salman.
El viernes 23 de
octubre de 2015 se desarrolló la cuarta clase especial en el marco del
Seminario Clínico del IOM2 Pilar que este año aborda “El objeto de la angustia.
Esa inquietante familiaridad”, en torno al Seminario 10 de Lacan.
Para trabajar el
último apartado “Las cinco formas del objeto a” se contó con la presencia de
Silvia Salman, actual presidenta de la EOL, Analista de la Escuela, entre 2009
y 2012 quien hizo su fin de análisis y el pase dando testimonio de ello durante
esos 3 años.
El eje de
interés estuvo centrado en dos conceptos fundamentales: el deseo del analista y
la cuestión del cuerpo, relevante y fundamental en la clínica actual. Silvia
plantea desde el inicio la importancia de renovar los conceptos, actualizarlos
a fin de poder ubicar que queda de lo planteado por ejemplo a la altura del
seminario 10 en la última enseñanza, así como también rastrear los
antecedentes.
Para comenzar, una
pregunta ¿por qué Lacan desemboca al final del seminario sobre la angustia en
el tema del deseo del analista? El padre lo lleva al deseo del analista en
tanto “… sujeto que ha ido lo suficientemente lejos en
la realización de su deseo como para reintegrarlo en la función de a”[i]
en tanto causa y ya no con la función de desconocimiento que implica el
fantasma. Pensar la transferencia, al analista como partener singular,
dejándose tomar por la particular de cada analizante.
Como segundo
punto Salman señala que “todo el
seminario 10 pone de relieve la cuestión del cuerpo” el objeto a surge como
aquel elemento que no puede ser significantibizable, como ese elemento vivo en
el sujeto, que también se ubica en el intervalo. El objeto a “enforma” al otro, le da consistencia al Otro que no existe, muestra además el
fracaso de los nombres del padre en tanto un real no atrapable por el
significante. Luego esto va virando hacia el concepto de Sinthome.
El objeto a es
lo nuevo que Lacan introduce, surge como concepto en este seminario; lo ubica
como “tripa causal”, parte del
cuerpo; hacia el Seminario 16 pasa a ubicarlo como una consistencia lógica y
finalmente en el Seminario 20 ya lo conceptualiza como un semblante.
Estos avatares
en las conceptualización del objeto a implican modificaciones en la noción de
cuerpo. En la actualidad, Miller lo nombra como “cuerpo hablante” en las clases
preparatorias para el próximo Congreso. Cuerpo hablante que goza en dos
registros.
Silvina
Leguizamón.
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